Se considera que alrededor de dos tercios de los estadounidenses tienen sobrepeso o son obesos. Las ciudades de todo el país han declarado la guerra contra la obesidad, ya que afirman que pone en riesgo la salud e incrementa el riesgo de enfermedades cardiacas, diabetes tipo dos y cierto tipo de cáncer. El cuidado de la salud relacionado con la obesidad cuesta hasta 100.000 millones de dólares al año, según investigaciones. La última batalla contra la obesidad en EEUU (donde esta enfermedad podría alcanzar al 42% de la población en 2030) la lanzó la semana pasada la ciudad de Nueva York, donde se aprobó la prohibición de vender refrescos y bebidas azucaradas de gran tamaño (más de 16 onzas o 464 mm) en restaurantes, cines, estadios deportivos, carritos callejeros y otros establecimientos. La medida, que entrará en vigor en marzo, no cuenta con la simpatía de la mayoría de los neoyorquinos, según revela una encuesta del New York Times.

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