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Un estudio ha revelado que pequeñas variaciones en los patrones de sueño pueden aumentar significativamente el riesgo de diabetes, cardiopatías u obesidad.
Las personas que experimentan ‘jet lag social’, debido a patrones de sueño incoherentes durante la semana, tienen peores hábitos alimentarios.
Esto provoca que consuman más bebidas azucaradas y menos frutas y frutos secos, lo que provoca mayores niveles de inflamación.
Además, se ha observado que ciertas bacterias proliferan en el organismo cuando el sueño no es regular, lo que puede afectar la salud cotidiana.
Las bacterias asociadas al insomnio se han relacionado con resultados desfavorables para la salud, como la obesidad o la retención de líquidos.
Los investigadores enfatizan la importancia de mantener patrones regulares de sueño para influir positivamente en la salud intestinal a través del microbioma.
Aunque se necesita más investigación, los resultados sugieren que mejorar los patrones de sueño puede tener beneficios para el microbioma intestinal y, por lo tanto, para la salud en general.