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Madrid, 04 mar (efesalud.com). El doctor Carlos Macaya Miguel, jefe de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, entrevista en este vídeoblog a su colega Julián Pérez-Villacastín, experto en arritmias rápidas, como la fibrilación auricular, más peligrosa en mujeres que en hombres, y lentas o de bloqueo, patologías cardíacas muy prevalentes en personas de edad avanzada.

Nuestro cardioperiodista se interesa por el ritmo sinusal del corazón, que a veces entra en crisis y se manifiesta con palpitaciones, como si latiera acelerado; con vuelcos, como una especie de aleteo en el pecho; con sensación de falta de aire; o con lentitud, mareos e incluso la pérdida del conocimiento.

Y la primera respuesta del doctor Villacastín, director de la Unidad de Arritmias del Hospital Clínico San Carlos, establece el tipo más frecuente.

“Arritmias hay muchas. Algunas vienen de la parte de arriba del corazón, de las aurículas, y otras de la parte de abajo, de los ventrículos; pero, sin duda, la más prevalente es la fibrilación auricular, una arritmia que a veces solo produce palpitaciones o un ritmo irregular, el que nota la gente, por ejemplo, cuando se toma la presión arterial”.

Para este cardiólogo, “parece una arritmia inocente, pero no lo es, y ahí está el problema, ya que favorece las embolias -interrupción del flujo sanguíneo debido a un coágulo-. Las personas pueden sufrir un ictus cerebral y la consabida hemiplejia -parálisis de un lado corporal-; también ocasiona la muerte”.

El estudio OFRECE indica que la FA afecta a un millón de personas solo en España, 90.000 sin diagnosticar.

“Es una arritmia que se adquiere a medida que envejecemos. Por encima de los 70 años, una de cada diez personas puede padecer fibrilación auricular”, apunta Macaya, quien pregunta por las soluciones preventivas y curativas que aporta la cardiología intervencionista.

“Después de confirmar el diagnostico con un electrocardiograma, se adoptará un tratamiento conservador a base de sintrom o con las nuevas moléculas anticoagulantes, dependiendo del tipo de paciente”, señala.

Otro estudio publicado en British Medical Journal demuestra que la FA aumenta el riesgo de sufrir un evento cardiaco un 55% más en las mujeres que en los hombres.

¿Y además de prevenir las embolias, se pueden curar las arritmias sin medicamentos?

“Los medicamentos antiarrítmicos que toman muchos españoles no son tan eficaces como nos gustaría que fueran. Y, aunque parezca mentira, lo más eficaz para acabar con una arritmia es una sacudida eléctrica, una cardioversión que vuelve a poner el corazón en ritmo regular. El problema es que no se puede saber cuánto tiempo tardará el corazón en volver a funcionar mal”.

¿Podemos ofrecer algún tratamiento más resolutivo?

“Resolvemos el 80% de los casos con ablación eléctrica y crioablación en personas con 40, 50 o 60 años. Es decir -continúa-, la mitad de estos pacientes, seleccionados por sus características físicas, dejarán de tomar medicamentos y no tendrán recidiva al menos durante cinco o diez años. En otro 35% de casos conseguiremos que los medicamentos sean eficaces, con lo cual su calidad de vida mejorará muchísimo”.

También hay trastornos del ritmo cardíaco que van en sentido contrario, es decir, que el corazón se pone tan lento que no consigue bombear la suficiente sangre al cerebro.

¿Cuáles son las arritmias que se producen por el bloqueo del corazón?, interviene Macaya.

“Las arritmias lentas se deben a que los cables que tenemos dentro del corazón -tejido vascular- se fibrosan a medida que nos hacemos mayores. Al romperse un cable, el corazón empieza a latir muy despacio, lo que lleva al paciente a padecer mareos e incluso a desmayarse, lo que llamamos un síncope”, describe Villacastín.

La solución llega con la implantación de un marcapasos. Los más vanguardistas no necesitan cables eléctricos. Tienen forma de supositorio, pesan dos gramos y miden 42 milímetros; apenas ocupan un centímetro cúbico en el interior del corazón.

“A través de una arteria inguinal y con la ayuda de un catéter, se introduce en el interior del ventrículo cardíaco. Su microordenador vigila el ritmo cardíaco y decide cuándo y cómo se liberan los impulsos eléctricos”.

¿Y qué duración tienen las pilas?

“Depende de la utilización personal que hagamos del dispositivo, pero las medias se sitúan entre 6 y 8 años. Estos marcapasos se retiran de igual forma que se introducen o bien se pueden dejar en el interior y colocar el recambio”, aclara.

En el Hospital Clínico San Carlos se implantan alrededor de 500 marcapasos anuales, todavía con cable en su mayoría. En España entre 30.000 y 50.000 de ambos tipos.

Para el doctor Carlos Macaya, también presidente de la Fundación Española del Corazón, hay que controlar la hipertensión como principal factor de riesgo de la FA, además de evitar el sobrepeso y la diabetes.

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