El estrés es un mecanismo de defensa normal del organismo que surge ante un desequilibrio en el cuerpo, ante la evaluación negativa y amenazante de una determinada situación.
Cuando este estado se prolonga por más tiempo del normal, sin encontrar una solución, se produce lo que se conoce como disestrés, que puede desencadenar en enfermedades o empeorar las ya existentes. Uno de los puntos del cuerpo más vulneralbes frente al disestrés es el sistema cardiovascular: las catecolaminas y el cortisol son dos de las sustancias que se segregan en mayor medida durante estas circunstancias y que pueden provocar ateroesclerosis e hipertensión arterial, o incluso, causar enfermedades metabólicas como la diabetes o trastornos en la tiroides, por caso.